“Tener un don tan especial como el de la clarividencia supone también un compromiso de ayuda a los demás, de emplear siempre esta capacidad para hacer el bien. Soy Sol, tarotista profesional y vidente natural, y desde niña he sido consciente de esa capacidad de conectar con mi parte más espiritual y poder empatizar con otras personas y poder percibir sus problemas, sufrimientos, alegrías y penas pasadas, presentes y futuras, además de ayudarles a encontrar un camino de paz, amor y esperanza”.
Los primeros recuerdos de videncias y sensaciones extrañas de Sol se retrotraen a su más tierna infancia. Unas experiencias extrasensoriales que cada vez eran más intensas, pudiendo predecir tanto eventos futuros como describir acontecimientos y datos del presente y el pasado de los que no era posible que tuviese conocimiento.
Esta situación generó gran sorpresa y estupor en sus padres. En esos momentos, ellos desconocían por completo que lo que ocurría a su hija era producto de un don heredado de su abuela materna.