El chamanismo está regresando a la vida contemporánea. La razón de ello la tienen algunos reconocidos chamanes blancos, que exploran la relación entre el ser humano y la religión. Algunos de ellos consideran que el chamanismo no es un dogma sino una tecnología antigua que nunca ha desaparecido del todo.
El chamanismo se basa en el empleo de métodos que utilizaban nuestros antepasados hace miles de años. El objetivo era sanar, solucionar conflictos y empoderar a las personas. Muchas culturas indígenas lo han practicado y los siguen haciendo; tribus procedentes de todas partes del mundo: Australia, África, Asia, América, Nueva Zelanda y parte de Europa.
Occidente perdió el vínculo que le unía al chamanismo por culpa de la hegemonía religiosa, pero poco a poco está volviendo a ejercer su influencia. Los chamanes son personas con un don extraordinario. Recurren a diversas técnicas para procurar el bienestar de los miembros de su comunidad.
Los chamanes piensan que los problemas físicos, mentales y emocionales vienen por un desequilibrio espiritual. Lo que hay que hacer en estos casos es abordar el problema y trabajar para restaurar el equilibrio.
Estos sanadores entran en una realidad paralela a la que nadie es capaz de acceder. Su entrada al mundo de los espíritus a través de un estado de conciencia diferente, les guía para obtener información y poder.
El chamanismo dispone de métodos variopintos dependiendo de la actividad que se trate, desde ayudar a los difuntos a cruzar la luz hasta eliminar energías negativas, pasando por recuperar un alma perdida. Los chamanes no trabajan en solitario. Tienen a su lado aliados espirituales que les conceden la sabiduría que necesitan para ayudar a sus pacientes.
Desde el principio de la humanidad han existido hombres y mujeres con conocimientos en medicina. En cualquier sociedad, cultura o tribu han tenido una gran responsabilidad a la hora de velar y cuidar la salud de los demás. ¿Su nombre? Los chamanes.
Su forma de proceder era bien sencilla al recibir el conocimiento y con ello el deber de pasarlo a la siguiente generación. A lo largo de los años, son muchos los chamanes que se han dado a conocer por su gran maestría y potencial sanador.
Los chamanes han pasado por multitud de situaciones y circunstancias diferentes a lo largo de la historia. Los hombres y mujeres con este tipo de conocimientos han recibido diversos nombres, todo dependía de sus dones: brujas, brujos, curanderos, sanadores, piaches, etcétera.
En Perú, los chamanes son conocidos como Pacos, siendo los descendientes directos de los incas, los Queros. Sea como sea, existen chamanes extraordinarios en Asia. Incluso algunos de los chamanes que viven en Rusia, Japón, Mongolia y China se han convertido en grandes y afamados sanadores.
Cada escuela o cada linaje dispone de unas técnicas determinadas. Así, en China se utiliza la Acupuntura e incluso una filosofía de vida como es el Zen.
En las comunidades indígenas, sus poderes llegan a ser muy queridos y respetados, incluso en algunas comunidades mexicanas se les ha otorga una autoridad suprema que viene de mucho tiempo atrás.
Se dice que las mujeres adquieren este poder tras la menopausia. Incluso en algunos lugares de montaña, los hombres logran alcanzar este don al sobrevivir a un rayo. La comunidad al ser consciente de este hecho, convierte a la persona en chamán.
El chamán es una hombre que cuenta con un poder especial a través del cual se comunica con dioses o es capaz de curar. La misma palabra lo dice. Chamán procede del vocablo Shaman, que significa una persona sabia. Eso sí, para curar es necesario que las personas que acuden en su ayuda tengan mucha fe.
El chamanismo nutre al paciente y le proporciona alegría vital y empoderamiento. Incluso el enfermo, con objeto de recuperar el alma, puede acudir a sesiones individuales para su sanación.
El chamán es considerado un sanador por una razón muy sencilla: se encarga de sanar la parte espiritual dañada a partir de un problema, un trauma o una enfermedad. Esa parte del alma que se encuentra débil es la que trata de recuperar, lo que supone un tipo de sanación determinada.
Las sesiones de chamanismo suelen dar lugar a experiencias muy gratificantes, donde los pacientes hacen viajes chamánicos que pueden narrar con todo lujo de detalles para potenciar la calidad de su experiencia.
La curación chamánica consiste en descubrir una capacidad que teníamos olvidada. La idea es adquirir confianza en uno mismo y acceder a un nivel de sabiduría increíble para superar miedos y obtener respuestas.
Hoy día, cualquier persona tiene acceso a estas consultas chamánicas. Lo que hay que hacer es buscar a profesionales encargados de practicar estas técnicas ancestrales. Se pueden utilizar en el día a día, en la vida personal y cotidiana de la persona, o emplearse en la práctica profesional.
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